Hielo seco es el nombre que comúnmente se atribuye al dióxido de carbono (CO2) en su estado sólido, y que, a presión atmosférica, se encuentra a una temperatura de -78,5 ºC
Se obtiene a partir del gas que se genera por su uso como subproducto de otros procesos industriales, como plantas de combustión o reacciones de fermentación. El hielo seco se caracteriza por no generar condensación en productos refrigerados, aportar un efecto bacteriostático y fungistático, no generar residuos, ser fácil de aplicar y transportar y no presentar tóxicidad.
Su calificativo se debe a que, al ceder sus frigorías, el CO2 sólido se sublima sin generar líquido, agua o humedad de ningún tipo. Al sublimarse se genera una atmósfera saturada de dióxido de carbono, que, al ser un gas seco, tiende a reducir el grado de humedad en el ambiente. Esta característica lo hace idóneo en la conservación de productos sensibles a la humedad.